Un extremo del síndrome sería decorar nuestros ojos con cristales Swarovski. Nivel: muy urraca.
El mal de la urraca nos ataca cumplida cierta edad y consiste en sentir una especie de fascinación irracional por los objetos brillantes. En este caso prendas. El síndrome hace que no podamos dejar de desear poseerlas y cual urracas febriles nos las tengamos que llevar a nuestro nido para almacenarlas como tesoros. Esta teoría avalada exclusivamente por mi solita, resulta que comparte adeptas a lo largo y ancho de este mundo de la moda (la he escuchado en otras bocas y me he quedado con el pico a medio cerrar) Cómo una teoría nacida desde la observación del entorno tras años y años de cavilaciones puede ser tan universal? De joven no quieres ni oír hablar de swarovskis, brillantitos o embellecimientos varios. Pero ajá! deja que pasen unos años y tu gusto por el brilli-brilli se desatará. Irremediablemente. Estoy esperando un Redes para que confirmen la teoría y nuestro querido Punset asiente sus bases científicas que seguro que las tiene. Mientras tanto, sólo podemos que caer en la tentación del relumbrón y es bien fácil esta temporada porque los creadores-productores de moda, han puesto a nuestro alcance de aves pica pica, un buen surtido que hará las delicias de las más urracas. Pasen, revoloteen y vean. La urraca además con un entrenamiento adecuado puede imitar la voz humana pero esa es otra historia...
2 comentarios:
Me encanta el brilli-brilli, pero tienes razón, a mi madre le gusta más que a mi y eso que es muy seria y tiende a austera, pero hasta tiene un esmalte de uñas de purpurina plateada que usa de vez en cuando y confiesa que cuando se lo pone le encanta mirarse las uñas.
Teoría totalmente confirmada, jajaja.
http://noestrivial.blogspot.com.es/
Jajajaja pero qué bueno!!! No es Trivial, tu madre es un ejemplo típico de este mal que nos atrapa, me siento muy identificada con ella, yo tampoco puedo dejar de mirar cuando llevo algo brillante. Digno de estudio.
Besos!!!
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