Llegadas a cierta edad, a la mayoría de las chicas nos sobrevienen los efectos de un trauma infantil que hace que abobinemos, en lo que a indumentaria se refiere, de dos componentes: el color rosa y los lazos.
Confieso que de lo primero aún no me he curado; pero al respecto de los lazos... Cómo me voy a negar a lucirlos este invierno, con lo requetebién que han sabido enlazarlos los diseñadores en sus creaciones.
El invierno se presenta atado con gracia, juzgad vosotros mismos:
2 comentarios:
Mmmm creo que ya he superado esa etapa, porque admito tanto lazos como rosa...
Ay madre que me hago vieja!
No cariño, eso no, es que te has reconciliado con tus traumas infantiles.
Sólo eso.
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