Cuarta entrega del talent show con la presentadora más eficaz de estos formatos y más desaprovechada estilísticamente. En esta nueva gala, el vestido se asemejaba mucho a aquel Dolores Promesas de la gala 2 (escote palabra de honor, rojo y con flores, en este caso formadas por el propio tejido) y nuevamente, el estilismo de Paula Vazquez no estuvo a la altura (cada vez se encuentra más lejos aquella primera gala que nos parece la mejor). El cinturón dorado a juego con las sandalias restaba más que sumar al conjunto. Como siempre, sólo salvamos a peluquería. Muy obvio, muy rojo, repetitivo. La presentadora tiene un físico que podría ir más allá del estilo invitada de boda. Palabra de T38.
Como no podemos con más rositas y estilismos erróneos en el show El Nº1, nos tiramos a la piscina. En T38 proponemos para la próxima gala, una inmersión absoluta, en bloque, en un mundo de color. Porque la noche es divertida y con la sonrisa de Paula Vázquez ya hay brillo suficiente (no toda la vida nocturna está hecha de lentejuelas y paillettes o flores). Sexy elegance.
¡¡Viva la utopía! ...y Viva polyvore!!
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